Desenterrar lo incierto y lo desconocido, sentir ese estremecimiento que recorre por nuestro cuerpo, como si lo descubierto intentara penetrar en nosotros, e inundarnos, helada agua entre lo que es y lo que fue. Por lo visto convertirse en dueño y celador de un secreto. Momento sagrado. Momento que nos atormentara.